Tranquilidad rota
Ya faltaba poco para poder alcanzar grandes momentos de tranquilidad y calma, porque aunque parezca mentira, un lindo paisaje o un paraje sin gente, puede ser el lugar más placentero y relajante del mundo.
Pero claro, cuando en tu momento de relax aparecía un ladrón que además está loco... da mucho miedo. Y eso fue precisamente lo que sentí en esos momentos al verme acorralada por ese ladrón y varios de los empleados del Spa intentando razonar con él para que me soltara.
-Suéltala y no pasará nada, no llamaremos a la policía. -dijo el encargado.
-Y una mierda, si la suelto iré a la cárcel y eso ¡Ni loco! -gritó como un poseso.
Yo trataba de soltarme, pero el agresor era más fuerte que yo, y su olor a alcohol y sudor me estaba empezando a marear...
Veía como los empleados intentaban acervcarse, pero cada vez que alguno daba un paso, él acercaba más a mi cuello la navaja.
Tras un rato de forcejeo uno de los masajistas que había dado un rodeo por el pasillo contiguo y apareció a la espalda del agresor. Con un golpe certero le golpeó en la cabeza, y el agresor se desorientó, así que aproveché para escapar rapidamente y camularme entre los trabajadores del Spa.
Pero el masajista no se quedó quieto, continuó pegándole hasta que dejó al hombre casi sin conocimiento. Más tarde cuando fui para darle las gracias por su ayuda, me confesó que ese ladrón había intentando hacer eso a su hermana en una ocasión en que había ido a pasar unos días allí para estar con él. Entonces comprendí porqué le había golpeado con tanta furia.
A partir de aquel susto encontré un gran amigo que siempre estaba a mi lado para cuidarme y hacerme sonreír.
Pero claro, cuando en tu momento de relax aparecía un ladrón que además está loco... da mucho miedo. Y eso fue precisamente lo que sentí en esos momentos al verme acorralada por ese ladrón y varios de los empleados del Spa intentando razonar con él para que me soltara.
-Suéltala y no pasará nada, no llamaremos a la policía. -dijo el encargado.
-Y una mierda, si la suelto iré a la cárcel y eso ¡Ni loco! -gritó como un poseso.
Yo trataba de soltarme, pero el agresor era más fuerte que yo, y su olor a alcohol y sudor me estaba empezando a marear...
Veía como los empleados intentaban acervcarse, pero cada vez que alguno daba un paso, él acercaba más a mi cuello la navaja.
Tras un rato de forcejeo uno de los masajistas que había dado un rodeo por el pasillo contiguo y apareció a la espalda del agresor. Con un golpe certero le golpeó en la cabeza, y el agresor se desorientó, así que aproveché para escapar rapidamente y camularme entre los trabajadores del Spa.
Pero el masajista no se quedó quieto, continuó pegándole hasta que dejó al hombre casi sin conocimiento. Más tarde cuando fui para darle las gracias por su ayuda, me confesó que ese ladrón había intentando hacer eso a su hermana en una ocasión en que había ido a pasar unos días allí para estar con él. Entonces comprendí porqué le había golpeado con tanta furia.
A partir de aquel susto encontré un gran amigo que siempre estaba a mi lado para cuidarme y hacerme sonreír.
Estoy flipando...¿eso te ha pasado de verdad o es un relato?
ResponderEliminarEs un relato, es que no sé, había visto una peli de miedo, y me inspiró. ¿Que te parece???
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