Mnirrelatos... Almas destinadas
Siempre se quedaba embobado observándola por la ventana. Cristian llevaba años enamorado de su vecina Melinda. Era tan perfecta con sus ojos verdes y su pelo largo, que cuando trataba de confesarle sus sentimientos, se veía incapaz de pronunciar palabras.
Una tarde estaba sentado en un banco del parque junto a su casa ensimismado en sus pensamientos y viendo su reflejo de ojos azules en un charco del suelo, que no escuchó que alguien le habló.
-¿Hola? ¿Cristian?
Se quedó boquiabierto al ver a la preciosa Melinda a su lado observándole con una amplia sonrisa. En las distancias cortas era todavía más hermosa si es que era posible.
-Hola, perdona estaba pensando en la luna -Cristian se ruborizó al responder.
-Te vi aquí solo y pensé que te ocurría algo.
Era el momento, tenía que confesarle sus sentimientos. Si después ella no correspondía, al menos tendría la seguridad de haber sido sincero. Pero no era suficiente decirlo con palabras, así que respiró hondo antes de continuar.
-Sí que me pasa algo.
Tras decir eso mirándola fijamente a los ojos, se acercó a ella y depositó sus labios en los de ella y enredó la lengua a la de Melinda. Ella al principio se sorprendio pero no tardó nucho en acercarse más a él y abrazarle para sentirle más cerca. Poco después se separaron y se quedaron mirándose fijamente sin decir nada.
-Lo siento, es que... hace mucho que me gustas -confesó el joven ruborizándose.
-Y tú a mí también.
Aquel fue el comienzo de una preciosa relación entre dos almas que siempre habían estado unidas y lo estarían para siempre.
Una tarde estaba sentado en un banco del parque junto a su casa ensimismado en sus pensamientos y viendo su reflejo de ojos azules en un charco del suelo, que no escuchó que alguien le habló.
-¿Hola? ¿Cristian?
Se quedó boquiabierto al ver a la preciosa Melinda a su lado observándole con una amplia sonrisa. En las distancias cortas era todavía más hermosa si es que era posible.
-Hola, perdona estaba pensando en la luna -Cristian se ruborizó al responder.
-Te vi aquí solo y pensé que te ocurría algo.
Era el momento, tenía que confesarle sus sentimientos. Si después ella no correspondía, al menos tendría la seguridad de haber sido sincero. Pero no era suficiente decirlo con palabras, así que respiró hondo antes de continuar.
-Sí que me pasa algo.
Tras decir eso mirándola fijamente a los ojos, se acercó a ella y depositó sus labios en los de ella y enredó la lengua a la de Melinda. Ella al principio se sorprendio pero no tardó nucho en acercarse más a él y abrazarle para sentirle más cerca. Poco después se separaron y se quedaron mirándose fijamente sin decir nada.
-Lo siento, es que... hace mucho que me gustas -confesó el joven ruborizándose.
-Y tú a mí también.
Aquel fue el comienzo de una preciosa relación entre dos almas que siempre habían estado unidas y lo estarían para siempre.
¿Y la segunda parte de Dimatian? ¿Queda mucho para que salga? Hace un año mas o menos te lo pregunte y dijiste que no quedaba mucho.
ResponderEliminarpues estoy un poco atascadilla y atrasadillas por temas de trabajo y personales. pero estoy haciendo todo lo que puedo para continuar y finalizar lo antes posible.
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