Minirrelato. Broma pesada
Parecía imposible, no podía creer que Cristian fuera capaz de ser así solo por volver conmigo. Cada día me sorprendía con algo, con un regalo, con una nota, con algo que hiciera que volviéramos a estar juntos. Yo quería volver a su lado, pero cuando nos atracaron y él no intentó defendernos me quedé sorprendida, pero lo que me sentó peor fue que encima dijera al ladrón que a él no le hicieran daño pero de mi no dijo nada. ¡Maldito cobardica caradura!
Así que él estaba tratando de que le perdonase. En parte me daba mucha pena, porque supongo que en una situación de tanto estrés como es un robo uno nunca sabe cómo reaccionar porque no quiere que le hieran. Y en parte ya le había perdonado, pero verle tan atento, tan detallista, tan romántico... era lo que siempre había soñado.
Siempre fingía quedarme indiferente ante las sorpresas que me daba, me hacía la dura porque quería saber hasta dónde era capaz de llegar. Así que le pedí a nuestro mejor amigo Kirian que se pusiera un pasamontañas y fingiera ser un ladrón que quería robarnos.
Así que lo planeamos todo para que tras quedar con Cristian para tomar algo y hablar de cómo nos sentíamos, al regresar a mi casa era cuando el "ladrón" debía atracarnos.
Salimos de la cafeteria y empezamos a caminar. Cuando estábamos llegando a mi portal, salió Kirian encapuchado y empuñando un cuchillo.
-Quietos, dadme todo el dinero que llevéis encima -gritó con voz firme.
Nosotros nos paramos y yo me quedé quieta fingiendo ponerme nerviosa para que todo fuera más real. Cristian se quedó quieto durante unos segundos y cuando pensaba que reaccionaría igual que la primera vez me dejó boquiabierta. Se abalanzó contra el ladrón y empezó a golpearle, al pillarle por sorpresa le quitó el cuchillo sin problema y lo empuñó Cristian con fuerza.
-Lárgate o te rajo. -dijo Cristian de forma contundente.
Yo no podía creer lo que estaba pasando así que me puse en medio antes de que alguien resultara herido.
-Cielo, cálmate, esto no es real, el supuesto ladrón es Kirian -admití mientras le quitaba el pasamontañas.
Kirian estaba muy asustado y yo preocupada porque por culpa de mi absurdo plan, alguien pudo resultar herido. Y Cristian nos observó con cara de enfado.
-¿Se puede saber a qué viene esto? -su irritación iba en aumento.
-Solo quería saber si me querías lo suficiente como para hacer cualquier cosa por mi. Y le pedí a Kirian que fingiera ser un ladrón para ver si volvías a dejarme sola -expliqué avergonzada.
-Ya lo sabía, te pillé una conversación de Whatsapp con Kirian y leí todo el plan, por eso me abalancé sobre él, porque sabía quién era. Pero de todas formas hubiese hecho lo mismo si hubiera sido otro ladrón, porque llevo semanas preparándome en el gimnasio para que no vuelva a ocurrir lo mismo. No quería volver a decepcionarte.
Me puse a llorar al escuchar sus palabras y me lancé a abrazarle con fuerza, mientras Kirian se unió al abrazo. Lo cierto es que mi plan había sido una maldita broma pesada que pudo salir mal, así que ambos habíamos aprendido algo de aquella situación.
Así que él estaba tratando de que le perdonase. En parte me daba mucha pena, porque supongo que en una situación de tanto estrés como es un robo uno nunca sabe cómo reaccionar porque no quiere que le hieran. Y en parte ya le había perdonado, pero verle tan atento, tan detallista, tan romántico... era lo que siempre había soñado.
Siempre fingía quedarme indiferente ante las sorpresas que me daba, me hacía la dura porque quería saber hasta dónde era capaz de llegar. Así que le pedí a nuestro mejor amigo Kirian que se pusiera un pasamontañas y fingiera ser un ladrón que quería robarnos.
Así que lo planeamos todo para que tras quedar con Cristian para tomar algo y hablar de cómo nos sentíamos, al regresar a mi casa era cuando el "ladrón" debía atracarnos.
Salimos de la cafeteria y empezamos a caminar. Cuando estábamos llegando a mi portal, salió Kirian encapuchado y empuñando un cuchillo.
-Quietos, dadme todo el dinero que llevéis encima -gritó con voz firme.
Nosotros nos paramos y yo me quedé quieta fingiendo ponerme nerviosa para que todo fuera más real. Cristian se quedó quieto durante unos segundos y cuando pensaba que reaccionaría igual que la primera vez me dejó boquiabierta. Se abalanzó contra el ladrón y empezó a golpearle, al pillarle por sorpresa le quitó el cuchillo sin problema y lo empuñó Cristian con fuerza.
-Lárgate o te rajo. -dijo Cristian de forma contundente.
Yo no podía creer lo que estaba pasando así que me puse en medio antes de que alguien resultara herido.
-Cielo, cálmate, esto no es real, el supuesto ladrón es Kirian -admití mientras le quitaba el pasamontañas.
Kirian estaba muy asustado y yo preocupada porque por culpa de mi absurdo plan, alguien pudo resultar herido. Y Cristian nos observó con cara de enfado.
-¿Se puede saber a qué viene esto? -su irritación iba en aumento.
-Solo quería saber si me querías lo suficiente como para hacer cualquier cosa por mi. Y le pedí a Kirian que fingiera ser un ladrón para ver si volvías a dejarme sola -expliqué avergonzada.
-Ya lo sabía, te pillé una conversación de Whatsapp con Kirian y leí todo el plan, por eso me abalancé sobre él, porque sabía quién era. Pero de todas formas hubiese hecho lo mismo si hubiera sido otro ladrón, porque llevo semanas preparándome en el gimnasio para que no vuelva a ocurrir lo mismo. No quería volver a decepcionarte.
Me puse a llorar al escuchar sus palabras y me lancé a abrazarle con fuerza, mientras Kirian se unió al abrazo. Lo cierto es que mi plan había sido una maldita broma pesada que pudo salir mal, así que ambos habíamos aprendido algo de aquella situación.
Un mini relato de una graaaaan escritora. Muy bueno. Gran blog
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