Adolescencia

De pequeña quería crecer, quería ser adulta, pero a los cinco años yo pensaba que sería adulta al tener unos 17 años.
Cuando alcancé los 17 años me desilusioné, pues no era adulta y para colmo tenía muchos inconvenientes. Algunos granos, discusiones con mis padres por las salidas a la calle, y para colmo ese horror llamado "la regla". Con esos absurdos anuncios en los que no se entiende nada, eso sí, te explican cómo es de maravilloso el mundo al utilizar una compresa o un tampón.

Eso era lo que más me indignada de toda la adolescencia. Eran mucho mejores los granos, a fin de cuentas no siempre salían, a veces en la espalda que en invierno nadie me la veía y no era tan molesto. Además cambiarse, que a veces se manchase la ropa, y los dolores varios, no eran plato de gusto y mucho menos que fuese todos y cada uno de los malditos meses de mi vida.

Pero casi un año más tarde cuando estaba haciendo el amor con mi novio por tercera vez y se rompió el condón no supe lo que hacer. Bueno, lo cierto es que no  supe lo que hacer porque el muy canalla no me lo dijo en ese momento y yo no me di cuenta.
Y cuando dos semanas más tarde tenía un retraso quise matarle. Por supuesto, se convirtió en mi EX-novio por aquella canallada.
No paraba de pensar en si podía estar embarazada y de que mis padres me matarían si eso ocurría.

Así que cuando estaba a punto de hablar con mis padres para ver lo que hacía no sabía ni lo que decirles. Por lo que me encerré en el baño para ensayar frente al espejo lo que les diría. Pero entonces noté algo, y al mirarme en la ropa interior lo vi manchado de sangre. ¡Me había bajado la regla!

Me puse a saltar de alegría en el baño, pues nunca me había alegrado tanto de que esa condena roja llegase en el mejor momento para mi.

Ese día aprendí dos lecciones. La primera, hay que tener más cuidado con los hombres y sus condones. La segunda, es hermoso ser mujer y tener la regla

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Este minirrelato, va dirigido a todas las mujeres del mundo. Pues aunque parezca que la regla es solo una molestia, es algo maravilloso que nos dice que somos fértiles y que podemos ser madres, que dicen que es lo más maravilloso del mundo. Así que este es un pequeño homenaje para todas ellas.