Un paisaje un paraiso

Estaba al límite de mis fuerzas y de mis ánimos, y con tanto estrés me costaba pensar con claridad, no era capaz ni de enfrentarme a tonterias como qué hacer para comer o cenar, pero era tal mi bloqueo que hasta esas mínimas decisiones me provocaban una gran angustia.

Así que la primera tarde en la que ya tenía las largas vacaciones por ser Profesora, decidí coger unas cuantas prendas en una maleta, el maquillaje, la plancha y algunas cosas sin las que no era capaz de irme de casa, llené el depósito del coche, y empecé a conducir.

No tenía rumbo concreto, no sabía ni lo que quería ni dónde iría, pero necesitaba desconectar, cambiar de aires, pasar de todo porque estaba angustiada y saturada, pero al no tener rumbo a las casi 2 horas de estar conduciendo y pensando en todos los problemas, me sentí cansada.

Presté atención a los carteles de la carretera para saber dónde me encontraba. Vi que estaba en la provincia de Cáceres, y como había un área de descanso. así que me detuve allí y salí a respirar el aire puro.

Desde luego ese paisaje me cambió, fue como si en lugar de estar en el campo me hubise trasladado al paraiso, a un pequeño y hermoso paraiso que me hizo olvidar todos mis problemas y no preocuparme tanto, porque el paraiso está al alcance de las personas, pues un paisaje así tiene que ser parte del paraiso...