texto adictos a la escritura
Hola Dimathian@s!
Aquí os dejo un relato que he preparado para este mes para Adictos a la escritura. Espero que os guste.
Un besote
Aquí os dejo un relato que he preparado para este mes para Adictos a la escritura. Espero que os guste.
Inocentada: el fin del mundo
Habían anunciado el fin
del mundo, según el calendario de los Mayas, el mundo se acababa en Diciembre
de 2012, justo antes de la lotería de Navidad. Bueno casi mejor, porque si
encima me tocaba la lotería para morirme a los pocos días era para mear y no
echar gota...
Así que pensé que para
ser el último día en que viviría debía hacer locuras, total, si al día
siguiente íbamos a morir todos ¿Qué importaba nada? Así que me levanté temprano
y tras hacer una lista de cosas que hacer en mi último día en la tierra, me
dispuse a cumplirlas. No obstante, releí una vez más la lista para asegurarme
de que todo lo importante estaba puesto:
-Conducir a máxima
potencia mi coche por una carretera de peaje
-Robar un par de kilos
de conguitos y lacasitos
-Comprarme toda la ropa
que se me antojase
-Ir a un restaurante de
4 estrellas a comerme una mariscada y hacer un “sin pa”
- Llamar a gente
importante para mí con la que hacía tiempo que no hablaba
-Relajarme en mi bañera
con sales de baño y velitas perfumadas.
-Conocer a un chico
guapo en una discoteca y lo que surja….
Más o menos estaban
todas esas cosas que por vergüenza o porque eran delitos no podía haber
cumplido, me propuse hacerlo todo ese día. Así que debía ponerme manos a la
obra pues mi último día estaba muy ocupado y quería cumplirlo todo.
Así que poco a poco fui
cumpliendo cada una de las cosas de la lista, mientras disfrutaba cada una de
ellas como si tuviera cinco años. Estaba siendo muy divertido, sobre todo que
no me pillasen haciéndolo.
Hasta que llegó la
noche y sólo me faltaba encontrar un ligue con el que pasa esa última noche de
existencia de la raza humana, para poder disfrutar de esos placeres carnales
por última vez. No tardé mucho en encontrarle. Un chico guapo, moreno,
musculoso y de ojos verdes estaba tomando una copa con otro chico en la barra
de la discoteca a la que solía ir a menudo y tras respirar profundamente me
acerqué a él. Le susurré al oído que me sentía sola y que quería compañía. Al
chico casi se le salieron los ojos de sus órbitas. Asintió y tras despedirse de
su amigo nos fuimos en su coche hasta su casa. No tardamos en empezar a
besarnos y manosearnos por todas partes tras haber cruzado el umbral de su
casa. Fue una noche loca, intensa, caliente y sobre todo una noche de pleno
placer en el que no hubo ni preservativo, total, si después íbamos a morir…
Desperté tras unas
horas aunque no sabía cuántas, quizás todavía no había llegado la hora en el
que el mundo llegaba a su fin, pero miré mi reloj y era casi la una del
mediodía, con lo cual, el mundo se suponía que se debía haber acabado hacia
unas cuantas horas. Me quedé blanca tras darme cuenta de todo lo que había
hecho ese día. Quizás aún estaba soñando, pero me pellizqué en la mano y
comprobé que estaba despierta mientras ponía la televisión en el comedor de ese
desconocido. Así que ahí estaba yo sentada viendo la televisión, era la noticia
del día en todas las cadenas. El fin del mundo que según los Mayas llegaba este
año 2012 seguía vivito y coleando.
¿Era una broma?
¿Después de todas las cosas que había hecho el mundo no se acababa? Sería una
inocentada porque si no, se me podía caer el pelo si me pillaban en algo, y
teniendo en cuenta que unas cuantas cosas eran delitos estaba empezando a tener
miedo… Y el colmo fue cuando sentí unas manos varoniles rodeando mi cuerpo.
Aquel desconocido me reclamaba en la cama de nuevo. ¡Madre mía! ¡Haciéndolo con
un desconocido y sin preservativo ni nada! ¡Lo mismo era un pervertido o un
loco!
-¿Pensabas que se acabaría
el mundo de verdad? –preguntó sonriendo mientras no paraba de observar la cara
de tonta que tenía en esos momentos.
-Pues… la verdad es que
si. Por eso quería compañía, porque pensé que era el último día y estuve
haciendo unas cuantas locuras –confesé sonrojada.
-Eso me pareció anoche.
Pero oye, no iba a desperdiciar una noche de sexo con una tía tan buena. Lo
cierto es que no había hecho nunca con nadie el amor así de esta forma tan…
salvaje.
-Yo… la verdad es que…
-no sabía qué decir ni qué hacer, estaba muerta de la vergüenza por la
situación.
-Si te soy sincero, me
alegra que lo hicieras porque si no hemos muerto por el calendario Maya, no te
apures que haré que muramos del placer sin salir de mi cama. Así que…
No terminó la frase, me
cogió en volandas y me llevó hasta su cama para poseerme una y otra vez,
haciéndome sentir en el cielo. El universo de los Mayas me había gastado una
inocentada, pero gracias a eso aprendí a vivir la vida al límite y encontré una
persona con la que disfrutar de esos placeres carnales de la vida, que no me
había atrevido casi a probar por ser cohibida. Desde ese día las cosas
cambiaron pues descubrí todo lo que podía dar y recibir de una persona sin que
fueran cosas materiales.
Un besote
María: Menos mal que quienes leemos los relatos de Adictos, somos adulto con cierto criterio, porque si lo lee un adolescente calenturiento, va a pensar que debería vivir "la vida loca", de la que habla y canta Ricky Marti.
ResponderEliminarNo me asusta, ni me escandaliza esta filosofía, pero creo que ya bastantes consecuencias se ven y escuchan todos los días con respecto del sexo sin protección.
Ya hasta dicen que lo más benigno es que salga una chica preñada, en comparación con los "otros premios".
Bueno, no es mi intención dar una lección de higiene.
Tu relato me parece bueno: Doña Ku
¿Si no hemos muerto por el calendario Maya...haré que muramos de placer?, quien no ha soñado con eso alguna vez wowwwwwwwww...........me ha encantado tu relato. Saludos
ResponderEliminarNada como perder el miedo para
ResponderEliminara) darse un gusto
b) pasar una vergüenza
c) pasar un susto
d) ...
Entiendo tu relato y no creo que cuando lo escribieses estuvieses pensando en hacer apología del sexo imprudente e inseguro. Dentro del contexto se entiende.
ResponderEliminarMás allá de eso, he de decir que me ha gustado bastante: está escrita de forma que el lector se siente próximo, de forma que creas empatía. Eso es lo que más me ha agradado, ya que la historia, un tanto simple -que no mala, ni mucho menos-, está al servicio de la moraleja.
Un cordial saludo!
Gracias por los comentarios.
ResponderEliminarhombre lo hice de esa forma porque era algo ficticio. Ya que ya no el hecho en sí de hacerlo sin protección es algo que las chicas ya no concebimos, si no que además ese flechazo rara vez sucede. Por eso me gustó hacerlo así, pues era bastante idílico.
Me alegra que os haya gustado :)